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La escritora venezolana Beatriz Rodríguez, en su seudónimo M.S. Alonso, participó en nuestro proyecto “Libros de artista” y contándonos sobre ella y cómo es que la lectura es parte de su trabajo artístico.

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Beatriz Rodríguez o M. S. Alonso es Ingeniero Industrial venezolana. Un año después de haber iniciado su aventura en el mundo de los libros, por hobbie, escribió su primer relato corto. Cuatro años más tarde inicia sus andanzas en la escritura de poesía.

Ha escrito también algunos relatos y microrrelatos en los subgéneros horror, ciencia ficción y fantasía. Desde el año 2018 comparte mensualmente en M. C. Mimeógrafo Revista Literaria (México), algunos de sus textos poéticos y narrativos.

Publicó tres libros con el sello Editorial Independiente Palíndromus (Maracaibo, Venezuela):

 Cadáveres ocultos (mayo 2018)

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De barro y de silencio (2020), su cuarto poemario, es la primera obra que publica sin respaldo editorial.

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Por otro lado, tanto en su blog  como en sus redes sociales: @poemas_relatos en twitter, y Poemas y Microrrelatos en Facebook comparte constantemente parte de su trabajo.

Aquí te dejamos un poco sobre la escritora M. S. Alonso como lectora:

M.S. Alonso como lectora.

  • ¿Planificas tus lecturas? ¿Cómo lo haces?

En efecto, las planifico. Escojo mensualmente cuatro libros de narrativa y cuatro de poesía e intento mantenerme centrada en ellos; aunque como lectora ligeramente compulsiva que soy, puede llegar otra obra que capte mí atención en demasía y, me sienta tan atraída por ella que deba hacerle un espacio entre esos ocho libros previamente seleccionados o desplazar alguno de los elegidos para el siguiente mes.

  • Marca libros más raros que has usado.

Una pluma de mí ave de compañía, Clementina, una oración de algún Santo católico y aún más reciente un gacho plano de color negro para cabello. Además, he usado papel moneda, mi tarjeta de identificación, tarjetas del banco, fotografías impresas, bolsas de papel pequeñas, lápices, bolígrafos, etc.

  • ¿Cuentas tus lecturas? ¿Cuántos llevas en esta cuarentena?

Sí, llevo un número de lecturas mensuales. Lamentablemente, esta cuarentena no he leído tanto como me gustaría. En 78 días que llevamos sumergidos en ella, solo he leído nueve libros, entre poemarios, novelas, ensayos y biografías.

  • ¿Haces notas de tus lecturas?

Sí, es algo que me gusta muchísimo. Suelo escribir opiniones o pequeñas reseñas en un cuaderno, y anoto frases o versos que se quedan adheridas a mente.

  • Hora favorita en que te gusta leer

Cualquier hora es idónea para leer, pero he de reconocer que me decanto por la soledad y el silencio de las madrugadas.

Leer es una actividad que me envuelve en un halo de paz, quietud y felicidad.

  • ¿Si no sabes qué libro leer a quien acudes?

Basada en mis gustos como lectora, acudo a mi instinto, al menos la mayoría de las ocasiones, y si estoy muy indecisa, pues siempre tengo a la mano al buen buscador, Google.

  • Género literario favorito:

Poesía, ese es mi genero favorito. Puedo leer ensayos, biografías, novelas, pero es la poesía el género que me llama, que se queda en mí. Como escribió un día Emily Dickinson: “Si siento que levanta la tapa de mis sesos, sé que eso es Poesía.”

Sobre los personajes de los libros que ha leído M.S Alonso:

  • ¿Un personaje de un libro del que te hayas enamorado?

Más que de un personaje, aunque si ha ocurrido –el más reciente de ellos fue Daniel Anthony Torrance, protagonista de Doctor Sueño, libro que leí hace un año–, me he enamorado irrevocable y retorcidamente de poetas. Hoy, y desde el 09 de abril del año 2017, puedo decir que estoy enamorada de Alejandra Pizarnik. Amo la forma en la que plasmó su poesía y prosa en diarios. Al leerla tengo la certeza de que ella sentía como yo. Su obra como diarista me ayudó a colocarle nombres a situaciones de vida que no entendía.

  • ¿Un personaje de un libro que se parezca más a ti?

Son varios. Pienso que como lectores, constantemente encontraremos personajes con los cuales nos identificaremos. Entre ellos puedo mencionar: el monstruo creado por Víctor Frankenstein, Gregor Samsa, Anna Karenina, Jane Eyre y más reciente, Esther Greenwood.

  • ¿Un personaje de un libro que odies?

Alekséi Wronsky. Él es alguien que me parece embebido en su egolatría, al menos la mayor parte del libro. Por otro lado, reconozco que lo justifico, es decir, pertenece a la realeza rusa, y así fue criado, pedir que actuara diferente es solicitar peras al olmo.

  • ¿Un personaje que te gustaría conocer en la vida real?

Me decanto por el creador, más que por el personaje. En poetas, me gustaría conocer a Alejandra Pizarnik y en narradores a Franz Kafka. Pizarnik, dijo un día, no ser intelectual –ella admiraba por ello a Octavio Paz–, sin embargo, en su poesía además de emoción plasmada en surrealismo y simpleza, existe un dejo de intelectualidad que resulta atrayente. Por otro lado, considero que Franz fue un hombre hipersensible a su entorno, intelectual también, y a su manera, poeta. Buscaba conectar ese lado humano que en su época y, en especial en su familia, parecía estar perdido.

Vida privada de M.S. Alonso como lectora:

  • ¿A qué edad comenzaste a leer?

Considero que la lectura de una u otra forma siempre estuvo en mí vida, por ello la defino como “una historia larga con amplios espacios”. A los 10 años leí mi primer libro, luego lo dejé, no leí más hasta los 13 años que conocí obras de Aquiles Nazoa, Pablo Neruda y Gabriel García Márquez. Entre los 17 y 18 años me dediqué más a leer revistas y libros de música y astronomía, lo volví a dejar por los estudios universitarios, y a los 27 años lo retomé. En ese tiempo empecé a definirme como ávida lectora de novelas en narrativa juvenil y de romance. Necesite hacerlo. Al día de hoy, leo no solo ficción, sino también obras históricas, poemas, biografías, ensayos y obras de teatro.

  • ¿Cuál fue tu primer libro?

Regalo de Dios, ese fue el primer libro que leí. No recuerdo el nombre del autor, pero sí lo que en él se narraba: las aventuras de un gatito siamés cuyo nombre era Nino, y su ama, a la que el animalito cariñosamente llamaba Má.

  • ¿Podrías catalogar un libro como tu favorito? ¿Por qué?

Frankenstein o el moderno Prometeo, ese es mi libro favorito. He leído alrededor de 376 libros, desde el año 2012 hasta ahora. Hubo un año (2013) que leí 127, pero no fue sino hasta el 2016, tres de noviembre específicamente, que conocí un libro que marcó mi vida y me llevó a leer obras que jamás imaginé hubieran sido escritas. Ese libro fue Frankenstein.

Más allá de la historia de horror y ciencia ficción, el dolor que Mary Shelley proyecta en el monstruo ante el desprecio de su creador y las personas que lo conocen, es lo que me atrae y me hace siempre volver a él. Lo he leído cuatro veces.

  • ¿Escritor favorito?

En narrativa, sin duda alguna, Mary Shelley.

En poesía, mi alma gemela, Alejandra Pizarnik.

  • Un libro que siempre llevas contigo

Con el avance tecnológico, puedo decir que siempre llevo conmigo mis libros favoritos en el celular, pero, además, siempre llevo un libro en edición impresa, Frankenstein. De hecho, poseo dos libros de diferentes editoriales, y me gustaría tener más. He mirado en Internet que existen ediciones ilustradas hermosas, esas me gustaría tener en mi biblioteca personal algún día.

  • ¿Te ha hecho llorar un libro?

Muchos libros me han hecho llorar, y de géneros muy variados. El primero que logró hacerme sentir emociones intensas, referidas a la muerte de un ser querido fue El lago de los sueños de la escritora estadounidense, Lisa Kleypas.

  • ¿Lugar de un libro al que te gustaría viajar?

Me gustaría viajar a la Rusia narrada por Lev Tolstoi en su obra Anna Karenina.

  • ¿Te has emocionado por algo que pasara en un libro?

No solo por un libro, sino por muchos. Cuando me conecto con alguna historia, soy capaz de sentir las emociones de los personajes, es algo que me gusta hacer, y que noto con mayor frecuencia en la poesía, y en los diarios de escritores y poetas. Actualmente me emociono más con lo real, lo que ha ocurrido o hechos de ficción basados en alguna realidad que con la mera ficción. Uno de esos libros que me emocionó fue El diario de Anna Frank, casi toda la obra lloré, y otro de ellos fue, Todo lo que cabe en los bolsillos de la escritora inglesa, Eva Weaver.

  • Un libro que te gustaría recibir de regalo

En mí país, no he encontrado en físico ninguna obra de Alejandra Pizarnik disponible, al menos no para la venta. Me gustaría recibir de regalo el libro de sus Diarios (edición de Ana Becciu) o de su Poesía Completa.

  • Un libro que regalarías

Carta al Padre / Meditaciones y otras obras de Franz Kafka. Desde mi punto de vista, la historia es cíclica, las meditaciones de Franz, sus aforismos, nos pueden servir como guía de vida a muchos.

Recuerdo que una vez leí en un grupo de lectura en Facebook, que una de las integrantes dijo usar este libro como una especie de consejero en la crianza de sus hijos. Franz no tuvo hijos, pero si fue hijo, y sé que de tenerlos no se hubiera comportado con ellos como lo hizo con el su padre.

  • Un libro que te parece maravilloso, pero no es tan popular

La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik. Es un pequeño ensayo/relato sobre Erzsebét Bathory, mujer que torturó y asesino a 1650 mujeres jóvenes para bañarse en su sangre y mantenerse en eterna juventud o al menos eso creía ella que sucedería. Pizarnik se inspiró en la investigación y, posterior ensayo que publicó la poeta francesa, Valentine Penrose, cuyo nombre en su idioma original fue: La Comtesse sanglante. Alejandra realizó la traducción de la obra al español. Desde que empezó a leerla le fascinó a tal punto que la obsesionó y escribió los hechos desde su perspectiva.

  • Un libro que siempre recomiendas

Recomiendo dos: Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo de Lewis Carroll. Las personas suelen ver estos libros exclusivos para la niñez, aunque el segundo posee tintes adultos. Yo, en cambio los veo como lectura adecuada a cualquier edad, por ello los recomiendo. Es una historia que habla de cambios, de cómo los afronta Alicia, de la pérdida de esa inocencia típica de la infancia.

Lectura actual de M.S. Alonso 

  • ¿Qué estás leyendo actualmente?

Actualmente leo dos libros: La campana de cristal de Sylvia Plath y Estado de exilio de Cristina Peri Rossi.

  • ¿De qué se trata?

El primero, es la única novela escrita por Sylvia. En ella, nos cuenta la vida de una chica estadounidense estudiante de literatura inglesa. Gracias a su pasión y dedicación por la escritura obtiene una beca que le permite ir a vivir a Nueva York por un mes. Transcurrido este tiempo, al regresar a casa, Esther no es la misma. La locura se adueña de su vida, cubriéndola como una campana de cristal, ya no puede dormir, tampoco puede comer, se corta los brazos y las piernas, intenta suicidarse en varias ocasiones y es tratada medicamente con terapia de electroshocks e insulina, además de ser recluida en dos psiquiátricos.

El segundo, es un poemario escrito por la poeta nacida en Uruguay, Cristina Peri Rossi. Sus versos empezaron a nacer desde el mismo momento en que se sube al barco que la llevaría a España. Fue exiliada de su propio país. Con el ganó el XVIII Premio Internacional Unicaja de Poesía Rafael Alberti. Debo agregar que ambas obras están calando mucho en mí. No soy una exiliada, pero si me considero ser humano en auto-exilio. Y yo, al igual que Esther Greenwood estuve, por varios años, noches enteras sin dormir.

  • ¿Próxima lectura?

Empezaré a leer El arca de Schindler de Thomas Keneally y el poemario La pieza oscura de Enrique Lihn.

  • Una frase de tu libro favorito.

“No volveré a ver ni el Sol ni las estrellas, ni a sentir los vientos jugando sobre mis mejillas. La Luz, las sensaciones y los sentidos dejaran de existir para mí. En esas condiciones encontraré la felicidad.”

Frankenstein – Mary Shelley

M.S. Alonso como escritora y lectora.

  • ¿Consideras que la lectura ha sido de influencia para tu trabajo artístico? ¿Cómo ha sido?

Los libros inspiran nuevas creaciones, y más aún cuando estas son historias o poemas. A lo largo de la historia del arte y, de la literatura en concreto así ocurre. En mi caso personal, afirmo que, si no existiera el hábito de la lectura en mí o la adicción, como a veces le digo, no escribiría. Sé de casos especiales, autores que solo con ver series o películas crean nuevas historias, y lo cierto es que los admiro, pero yo no funciono de esa manera, quizá por ser de la vieja escuela.

La lectura nos proporciona la capacidad de crear nuevas redes neuronales, esto hace que, además de escribir nuevos libros, resolvamos situaciones de la vida cotidiana de forma diferente o tal vez con mayor rapidez, y que prevengamos enfermedades típicas de la vejez, como por ejemplo el Alzhéimer; porque los libros, los buenos libros, los que no adoctrinan, sino que muestran y nos dejan decidir si formaran parte de nuestra vida o no, instruyen al hombre e incrementan su lado artístico.

Cuando soy consciente de los beneficios de la lectura, no puedo dejar de recordar al poeta y ensayista argentino, Jorge Luis Borges, quien se mantuvo lucido hasta el fin de sus días, pese a la ceguera que presentó, y sé muy bien que eso lo consiguió por su incansable habito lector, el cual mantuvo hasta que no pudo hacerlo más.

Al día de hoy, he publicado cuatro libros de textos poéticos –recién comienzo–, y he dejado huellas de relatos y microrrelatos en M. C. Mimeógrafo Revista Literaria (México), en ese sentido, doy Fé que mis textos y las herramientas para elaborarlos me vienen dados por esas musas que moran en los libros que he leído.

Mi primer libro publicado, Cadáveres ocultos (mayo 2018), es un poemario pequeño, concentrado, cargado de esa influencia que me acompañó, sin pretensión alguna, en el año 2016. Los primeros 21 poemas de los 40 que contiene son dedicados a autores, en ellos se observa mí raíz. Posteriormente, publiqué Pido el silencio (agosto 2018), Dualidad poética (diciembre 2018) y más recientemente De barro y de silencio (mayo 2020). En todos ellos, hay textos poéticos dedicados, algunos en secreto y otros abiertamente, a poetas y narradores que han compartido emociones con las cuales me he identificado.

Sé que, tal vez mi manera de ver la literatura puede parecer en extremo romántica, puesto que para muchos la lectura es lectura y ya, sin embargo, los lectores que escribimos, también vivimos a través de los libros que leemos. Cito al autor de la serie Canción de hielo y fuego, George R. R. Martín: “un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive una sola.”

Pocas personas saben esto, ahora, de seguro muchas lo sabrán. Hubo una época en mí vida, en la que viví una situación bastante difícil a nivel de sistema nervioso, mi mente no se concentraba, los niveles de ansiedad de mi cuerpo eran muy elevados, no lograba dormir, entre otras sintomatologías, pero gracias a la lectura logré continuar, concentrarme y salir adelante. Los libros fueron y son mi salvación más allá de los medicamentos. Gracias a este suceso, creé pequeñas historias, algunas las compartí, otras, aún permanecen inéditas. Más adelante surgieron versos sueltos y poemas completos, que me sirvieron para enviar un manuscrito a un sello editorial de auto-publicación en mi país, Venezuela, y ellos lo publicaron, luego publicaron otros dos manuscritos que tuve guardados, así empecé.

Ha sido un camino largo, tengo siete años en él, y solo dos de escritora publicada, he atravesado por muchas situaciones no positivas y para nada agradables pero, si continuo aquí es gracias a la lectura de libros que me inspiran. Con esto no digo que leer sea el medio único de inspiración, aunque si lo considero el primordial. Como bien es sabido, el poeta escribe bajo una emoción y esa emoción puede hacérsela sentir, un objeto propio o ajeno, la noche, el amanecer, una flor, una persona, pero si el poeta o narrador no lee, no podrá saber que herramientas utilizar para plasmar esa emoción a través de su arte que es la palabra escrita.

 

Conoce al diseñador gráfico Chileno Vincent Gatica como lector y artista.