De que trata la saga “Valeria”
Aqui compartimos algunos fragmentos de los 4 libros de la saga “Valeria”, de la escritora Elisabet Benavent, para que conozcas a Valeria es como tú y como todos. Ella está enamorada de Adrián, hasta que conoce a Víctor. Pero Valeria no está sola. Porque tiene a Lola, que maneja el sexo como el que maneja un arma, a Nerea, que es doña perfecta, y a Carmen que es insegura, odia a su jefe, y para más inri, está enamorada de su compañero de trabajo. Valeria es como todos. Porque todos queremos ser felices, entre tanta mierda que nos explota en la cara.
La autora de esta saga es Elísabet Benavent (Gandía, Valencia, 1984) licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Cardenal Herrera CEU de Valencia y máster en Comunicación y Arte por la Universidad Complutense de Madrid y en la actualidad trabaja en el Departamento de Comunicación de una multinacional. En su blog puedes conocer más de ella y todos sus libros.
Todos los libros de la saga “Valeria”.
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Saga 1: “En los zapatos de Valeria”.

“ÉRASE UNA VEZ…
Paré el ruidoso paseo de mis dedos sobre el teclado y releí el texto mientras me rascaba la cabeza con un lápiz: «Se miraron. Los metros de distancia entre ellos no importaban porque los pensamientos se materializaron, se cayeron al suelo y rebotaron hasta huir. En la décima de segundo durante la que se sostuvieron la mirada todo se congeló; en la ventana se paró hasta la brisa que agitaba los árboles. Pero ella pestañeó y ambos apartaron la mirada, avergonzados, azorados y seducidos de pronto por la idea de enamorarse de un desconocido».
Puse los ojos en blanco, solté el lápiz sobre la mesa y me levanté como si alguien hubiese instalado un muelle en el asiento.
—Pero ¡menuda mierda!
Evidentemente, sabía que nadie iba a escucharme, pero necesitaba decir en voz alta lo único que tenía en la cabeza en aquel momento. «Esto es una mierda». Era como las letras de inicio de La guerra de las galaxias pero en versión malhablada. Menuda mierda. Una mierda enorme. Una mierda del tamaño del cagarro que estaba escribiendo, que era inmenso.
Estaba seca de ideas, esa era la triste verdad. Las cincuenta y siete hojas que ya tenía escritas no eran más que sandeces con las que me justificaba, estaba claro. Sandeces chuscas y horripilantes dignas de concurso literario de instituto. Al terminar el día me exigía a mí misma haber escrito al menos dos folios, aunque dada la situación empezaba a agradecer dos o tres párrafos potables. ¿Potables? Eso era mucho esperar.
Pasarme el día delante del ordenador no tenía ningún sentido. Al estar sola en casa no necesitaba fingir nada, y sabía de sobra que no me saldría nada brillante aquel día. O quizá nunca. Así que del salón/despacho/sala de estar me pasé al dormitorio, recorrido para el que no eran necesarios más de tres pasos, y me senté en la cama. Eché una ojeada a mis pies desnudos y, como el descascarillado esmalte de mis uñas me horrorizó, acerqué el cenicero y encendí un pitillo…”
“En los zapatos de Valeria” es un ejemplo del poder de las redes sociales. Un libro autopublicado que desde el principio cosechó buenas críticas y al que una editorial convencional pronto le echó el lazo, para publicarlo en papel. Y parece que las buenas críticas y su éxito de ventas, siguen.
Valeria es una madrileña, treinteañera, casada con Adrian quien fue su primer novio. El año pasado escribió una novela de notable éxito y decidió dejar su aburrido trabajo para dedicarse de lleno a la escritura. Pero está pasando la “crisis de la segunda novela” y todo lo que escribe le parece un asco. Su matrimonio tampoco es que vaya como la seda precisamente, pues Adrian y ella parecen instalados en la rutina y más que amantes, parecen dos amigos que comparten piso. Lo único que va bien es la relación con sus amigas, tan diferentes todas ellas, pero tan especiales para la vida de Valeria y sus tres amigas, Nerea, Carmen y Lola.
Sinopsis:
Valeria es escritora de historias de amor.
Valeria vive el amor de forma sublime.
Valeria tiene tres amigas: Nerea, Carmen y Lola.
Valeria vive en Madrid.
Valeria ama a Adrián hasta que conoce a Víctor.
Valeria necesita sincerarse consigo misma.
Valeria llora, Valeria ríe, Valeria camina…
Pero el sexo, el amor y los hombres no son objetivos fáciles.
Valeria es especial.
Como tú.
En los zapatos de Valeria es el primer libro de la «Saga Valeria», la primera obra de Elísabet Benavent, que inició su carrera literaria autopublicándose y que en poco tiempo conquistó a cientos de lectores y se situó en los primeros puestos de la lista de más vendidos de ficción.
Posteriormente la autora, también conocida por sus fans como @BetaCoqueta, ha continuado cosechando grandes éxitos con la publicación de su «Saga Silvia», la trilogía «Mi elección», la bilogía «Horizonte Martina» y la novela Mi isla.
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Saga 2: “Valeria en el espejo”

“El móvil sonó sobre la mesita de noche. Un mensaje. Me pregunté de quién sería mientras me terminaba el cigarrillo. Hacía dos días que había hablado con Lola; una semana que había llamado a Nerea y a Carmen. Esa misma mañana había hablado con mi madre y con mi hermana para preguntarle cómo iba con su embarazo. Más tarde en el tren había recibido una llamada de Adrián y su despedida sonó a «dejo la pelota en tu tejado para que me devuelvas la llamada»; ni siquiera me salió decirle que me marchaba unos días de la ciudad.
Quise que aquel mensaje fuera de Víctor…, eso me animaría la noche. ¿A quién quiero engañar? Me alegraría la semana o hasta el mes, según en qué tono lo hubiera escrito. Apagué el cigarrillo en el cenicero que había en la mesa de la terraza y entré en la habitación mientras me convencía de que no debía desilusionarme si al final eran los de la compañía telefónica con el último recibo. Cogí el móvil y respiré hondo, como los atletas que se preparan para batir un récord, y…
Allí estaba: «Sé que no debería mandarte este mensaje, que quedamos en que esperaría tu llamada y todas esas cosas, pero… solo quería decirte que sigo alerta por si un día apareces sin avisar. Algo me dice que lo harás. Mis sábanas te echan de menos. Víctor».
Lo leí por lo menos cinco veces seguidas. Como era nueva en esto de los ligues, me obsesioné con desentrañar el sentido de cada palabra, de cada frase. Suspiré frustrada al darme cuenta de que seguía siendo tan críptico como siempre.”
Sinopsis:
Valeria está inmersa en una vorágine emocional.
Valeria acaba de publicar su novela y tiene miedo a las críticas.
Valeria se está divorciando de Adrián y no es fácil.
Valeria no sabe si quiere tener una relación con Víctor.
Y mientras Valeria teme, llora, disfruta, sueña…
… Lola no sabe qué hacer con Sergio. Se siente sola.
… Carmen se ha despedido y lucha por comprender a Borja, su novio y antiguo compañero de trabajo.
… y Nerea se levanta cada mañana con náuseas.
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Saga 3: “Valeria en blanco y negro”.

“Víctor estaba arrodillado en la cama, desnudo. Glorioso desnudo el de Víctor, por cierto. Llevaba el pelo revuelto y tenía las sienes húmedas por el esfuerzo. Sus brazos y sus muslos se ponían en tensión rítmicamente, acompañados por el compás de unos jadeos que empezaban a ser secos y violentos. Su pecho se hinchaba… Ese pecho tan masculino, marcado, fuerte y cubierto de la cantidad perfecta de vello que se estrechaba hacia abajo hasta recorrer su estómago en una delgada línea. Y debajo de ella el vaivén entre sus caderas y las mías.
Me tenía cogida por los muslos y me levantaba a su antojo para permitir la penetración. Yo estaba arqueada, desmadejada y a su merced, porque no sé qué tenía aquella postura que siempre hacía que me olvidara de todas mis penas y, sobre todo, de ese nuevo régimen que regulaba nuestra relación. Ya se sabe. No somos novios, no nos pedimos explicaciones, no sabemos del otro más que lo que el otro quiere que sepamos. Un asco, vamos; al menos para mí. Yo lo que quería era otra cosa: una relación, de las que cuando se termina con el sexo se jura amor eterno.
Pero vaya, que cuando Víctor me sostenía las piernas así, ya podía decirme que a partir de ese día me iba a mandar solo telegramas en morse, que a mí me iba a dar igual.
Víctor echó la cabeza hacia atrás y gimió de esa manera que me gustaba tanto, con los dientes apretados. Ese gemido activó un interruptor interior que a su vez me provocó un cosquilleo en las piernas y un leve temblor que me recorrió en dirección ascendente. Me contuve. No quería terminar tan pronto. Balanceé las caderas hacia él sintiendo más fricción cuando su erección se me clavaba.
—Me tienes loco… —murmuró—. Soy adicto a esto, joder. No dejaría de follarte nunca.
Lancé algo que quiso ser un suspiro contenido pero que sonó a alarido y me agarré a las sábanas.
—Más, más… No pares —le pedí.
Víctor aceleró el movimiento y los pezones se me endurecieron cuando una corriente eléctrica me azotó entera, insistiendo en mi sexo. Ni siquiera pude gritar cuando sentí que mi cuerpo explotaba en un orgasmo intenso y jugoso. Me quedé desplomada en la cama, como en coma, y dejé que Víctor siguiera moviéndose hasta que empezó a correrse dentro de mí y ralentizó su movimiento.
—Joder… —gruñó.”
Sinopsis:
Valeria encuentra un sujetador que no es suyo en la casa de Víctor.
Valeria se siente humillada, engañada, estúpida…
Y de pronto aparece Bruno, ¡peligro!
Y mientras el mundo se pone patas arriba…
Lola conoce a Rai en sus clases de chino…
Carmen tiene problemas en la organización de su boda…
Y Nerea se ha cansado de ser Nerea la Fría.
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Saga 4: “Valeria al desnudo”

“Hacía un mes que no veíamos a Carmen. Un mes es mucho tiempo para el tipo de amigas que somos nosotras. No es que la hubiéramos perdido después de su boda, como tantas chicas que cambian de chip y de vida olvidando a sus amigas solteras. No. Es que la tía se había pegado un viaje y unas vacaciones de kilo, así, en lenguaje coloquial.
Dos días después de la boda se fue y ni siquiera pudimos despedirnos porque su noche de bodas duró cuarenta y ocho horas, según dicen las malas lenguas. Bueno, estoy siendo demasiado malévola. En realidad la parejita quiso quedarse en su nueva casa para ponerlo todo en perfecto orden antes de irse de viaje. Claro, con el follón de la boda no habían tenido aún tiempo de disfrutar de esas rutinas del nidito de amor.
Después la luna de miel… de dieciocho días. Nueve a Japón. Nueve a Bali. Así, poquita cosa. Como quien se va un fin de semana a Benidorm.
Perdón. No soy yo la que escribe, es mi envidia cochina.
Y tras esos dieciocho días de viaje (ya llevábamos veinte sin verla) trató de deshacerse del jet lag en su casa durante dos días, aludiendo a unos tremendos mareos que no se había podido quitar, seguramente por el cambio de horario y la falta de sueño. Cuentan las malas lenguas, sin embargo, que estuvo entregada al… amor.
Vale, vuelvo a ser mala.
En fin, después se marchó unos días al pueblo con sus padres y a la vuelta tuvo que estar dos días cumpliendo con compromisos de su familia política, tales como dar las gracias por los regalos de la boda.
Y allí estábamos, un mes después de su boda, preparando cócteles y cuencos con chuches en mi casa, esperando que nos lo contara todo (todo es todo, estimado Borja) y nos enseñara las fotos del viaje, que es algo que suele hacer mucha ilusión a las recién casadas.
Cuando sonó el timbre, Lola, que no podía esconder su emoción, se levantó del cojín sobre el que estaba sentada y se fue a abrir. Yo andaba en ese momento en la cocina y Nerea estaba sentadita en el sillón, con las piernas encogidas.
Oí a Carmen saludar efusivamente y a Lola lanzar una exclamación, tras la cual se escuchó un silencio denso. Luego solo un carraspeo de Nerea. Salí a ver si es que se le había ocurrido la peregrina idea de venir acompañada de Borja, pero lo que me encontré fue a una sonrojada Carmen con un par de kilos de más. Bueno, eso es un eufemismo. A decir verdad, de un tetazo nos habría podido matar a las tres… a la vez. Llevaba una camiseta blanca desbocada que destacaba su moreno… y su barriga, que no pude evitar quedarme mirando durante unos segundos.
Después, tomando las riendas de la situación, me abalancé sobre ella para abrazarla y cubrirla de besos.
—Pasa, pasa. ¿Qué tal? Pero ¡cuéntanoslo todo! ¿Qué te pongo?
Ella pasó, mirando a Lola, a Nerea y a su propia barriga alternativamente.
—Os he traído unas tonterías —dijo enseñándonos una bolsa de la que salían unos paquetes—. Son unos kimonos japoneses. Podéis usarlos de bata para estar por casa, así en plan erótico glamuroso.
Y el tono de su voz era… tenso. No sé si porque estaba ofendida porque la hubiéramos mirado como lo habíamos hecho (y Lola seguía haciéndolo) o por otra cosa.”
Sinopsis:
Valeria está con Bruno pero ¿por qué no deja de pensar en Víctor?
Valeria ha elegido no sufrir y Víctor ser sincero, ¿podrán ser amigos?
Valeria titubea, calla, respira, siente…
Valeria no sabe que su vida dará un giro en su próximo cumpleaños…
Y desconoce que Lola, Nerea y Carmen buscan su propio final de cuento, ¿o no?
Edición especial revisada y prologada por Elísabet Benavent que incluye un capítulo adicional y el final alternativo de la saga Valeria.
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